domingo, 28 de diciembre de 2008

brindis.


Un poco en la copa sin que caiga al mantel. Le falta algo de vino a la otra, pero ya no importa. Es la única chance que tengo. El salón está lleno de desconocidos y me molesta el humo proveniente de los que fuman próximos a mi. Suena de fondo esa melodía que tanto fascina a mis oídos, aunque esté fuera de contexto. Un poco de amor y ya está. Con cuidado y paciencia todo es posible, lo digo sustentado en mi breve y mínima experiencia. ¿Que qué estoy tratando de hacer? Tomó la suya, tomo la mía. Lo que todos siempre hacen, sólo buscar. Las graciosas y sagradas manifestaciones de admiración, luego silencio, y se alzan las copas hacia el centro. Miradas van y vienen. ¡Salud! Aquel instante fue la única oportunidad y al menos creo que logré derramarlo y fuiste capaz de darte cuenta. Todos queremos ser felices.

jueves, 20 de noviembre de 2008

ascenso.


Quiero caminar, salir del lugar en el que estoy y simplemente ir a buscarte donde quiera que estés: en una habitación, en una biblioteca, en el metro. Ideas vagas y borrosas inundan mi mente como olas gigantes que traen cadáveres, tiburones, sirenas y corales arrancados. Ideas que en realidad son metas, sueños, realidades dentro de una mente humana. Subo la escalera, escalón tras escalón, y pareciese como si estuviera saliendo del mar luego de un gran desastre, pasando por mi mente tu imagen en cada milisegundo. La verdad es que no sé qué hacer. No quiero pensar lo que no es, pero no sé exactamente si lo que pienso es real. Recorro las calles, el sol está arriba encerrado en su jaula celestial, y el aire está más cálido de lo que puedo soportar. Más dudas. Más imágenes. Estoy obsesionado. Llego a la sombra, y repentinamente, veo que viene la micro por la otra vía: no se detendrá aquí. Comienzo a correr. Estoy desesperado. La única solución es correr, mover las piernas coordinadamente. Corro. Te veo a lo lejos detenido pero no hago más que correr... Paso corriendo por tu lado con el fin de que no me veas, sin embargo, ese es el preciso instante donde me tomas de la mano, y corremos juntos por en medio de la calle. Ya no siento mis piernas, estoy cansado... la imagen ahora es real y estás conmigo. Veo el sol cerca... no sé cómo lo has hecho, pero estamos en el aire, y ese es el motivo por el cual no percibo mis piernas. La ciudad está debajo de nosotros, nadie puede vernos, sólo el astro rey y el falso algodón de las nubes... somos libres. Iría en tu búsqueda, pero fuiste tú quien me encontró. Cantamos y, súbitamente, llegan armonías desde todos lados... Subo el volumen de mi reproductor mp3. Lo único que he logrado es subir a la micro y dejar el montón de gente atrás. No sé dónde voy y no deseo saberlo, sólo sé que quiero caminar, salir del lugar en el que estoy y simplemente ir a buscarte donde quiera que estés.

domingo, 2 de noviembre de 2008

tiempo.

Quiero que me mires a los ojos, me digas que no ha sido en vano y que, tal como te esperé, me habías estado esperando tú también. Anhelo con ansia que articulados sonidos de tu boca lleguen a mis oídos diciéndome que todo lo que imaginé se va a cumplir y que va a ser eterno. No me conoces bien, yo te conozco la nada, pero siento que en el fondo, conocernos es apenas necesario y que al final del tiempo lo que triunfará será ese raciocinio impulsivo que desea guiarnos.

El día en que escuché por primera vez tu armonioso sonido y miraste hacia mi interior fue el instante en el que pensé que podíamos ser inseparables. El momento en el que tu mano tocó la mía sin aviso, fue el comienzo de un sentimiento desbordante y a la vez íntimo, reprochable aunque deseado. La vez en que me diste apoyo y abrigo marcó el final del principio de un efímero encuentro entre dos desconocidos.

El reloj marca las 21.29 en Santiago de Chile y un solitario hombre recuerda, frente a un radiante monitor, una breve anécdota de su vida. En otro lugar de la ciudad, el ente protagonista de sus recuerdos debe estar, no se sabe donde exactamente. El reloj marca las 21.32 ahora.


"Es necesaria la disminución del raciocinio, el control de la ansiedad y el aumento grosero de las conductas animales, además de un par de alas para aprender a volar sin importar cuán alto se esté".

sábado, 25 de octubre de 2008

estrellita.



Y algunos que dicen que ciertas cosas dan buena suerte, y otros que te traen mala suerte. No sé que pensar... tengo que admitir que en algunos momentos siento que se me olvida todo lo que me rodea, la gente que quiero y lo mucho que tengo que estudiar... son instantes en los que me hallo frente a algo novedoso, algo que me manipula inconscientemente como una marioneta, algo que me causa ansiedad, nerviosismo y deseo. Tal vez la caca de paloma tenga efecto retardado, pero de todas maneras hoy saldré, en medio de la noche, a mirar las estrellas, para ver si una me concede el deseo más impulsivo que he tenido en lo que recuerdo de mi vida. Ya no quiero simplemente soñar con eso.

viernes, 19 de septiembre de 2008

preguntas sin respuesta.



¿Quién creó el universo? ¿Realmente fue Dios o todo esto es fruto de una enorme explosión ocasionada por ínfimas particulas?

¿Quién habrá sido el inventor de las matemáticas, del cálculo, del álgebra?, me refiero a ¿cómo se habrá llamado el hombre que empezó a contar las ovejitas marcando líneas en la pared de una cueva? ¿Habrá tenido nombre ese hombre? ¿Tenía la capacidad del lenguaje ese hombre? ¿Fue él la persona que realmente las inventó?

¿Las mentiras son siempre mentiras o a veces verdades para los mentirosos?

¿Son reales los sentimientos que decimos sentir? ¿Son reales los recuerdos?

¿Cómo sabemos si lo que sentimos tiene algún nombre? ¿Cómo sabemos si la persona con la que estamos es realmente esa persona con la que compartiste momentos valiosos y hermosos, y que no ha cambiado en nada, que no se ha olvidado de esos acontecimientos que a tí te marcaron de verdad?

¿cómo sabemos si la persona en la que estamos pensando está bien, está enferma, o simplemente está muerta?

¿Por qué hay gente que nunca dice lo que exactamente tiene que decir, y que hace que todos nos confundamos? ¿Por qué yo también he dicho esas cosas que no quiero decir?

¿Por qué el futuro tiene que ser tan incierto para todos? ¿Porque es futuro?

¿Cómo reconocer a la persona que realmente va a estar contigo para siempre, en los buenos momentos y en los malos?

¿Cómo saber que es lo que está pensando de ti el tipo que te está mirando en el metro, mientras ves las estaciones pasar por tus ojos? ¿Cómo saber que los sueños son realmente sueños y no cosas que pasaron, o que sucederán, o que están pasando?

¿Cómo poder retroceder el tiempo? ¿Qué es el tiempo? ¿El tiempo siempre ha sido o fue inventado en algún momento? ¿El reloj es el tiempo?

¿Qué se sentirá morir? ¿Qué es la muerte? ¿Tenemos espíritu o somos netamente un cuerpo con arterias, hígado, estómago, extremidades, corazón y mesocolon transverso?

¿Quécontendrá la caca?

¿Realmente nuestros sentimientos, nuestras ideas y toda nuestro contenido abstracto está contenido en unas cuantas células llamadas neuronas y en otros cientos de sinapsis químicas?

¿Qué pensará mi perro de mí? ¿Mi perro piensa? Mi perro se comporta como gato ¿no será un gato en cuerpo de perro? (como Lola?)

¿Ese amigo mío realmente se considera amigo mío? ¿Qué es la amistad? ¿Cuánto dura?

¿Se ama a alguien en esta vida? ¿Qué es amor? ¿Qué es odio?

¿Existen?


Yo quiero presentarme con una sonrisa antes todos hoy, una sonrisa verdadera, que demuestre mi felicidad plena. ¿Existe la felicidad?
¿ALGUIEN ME PUEDE RESPONDER TODAS LAS PREGUNTAS?
¿O soy yo el que tengo que contestarlas?

jueves, 18 de septiembre de 2008

brrrrr.

esas cosas pendientes que uno siempre tiene que volver a los trámites.
esos sentimientos pendientes que vuelven de repente.

jueves, 4 de septiembre de 2008

los objetos.



Mientras me secaba el pelo después de haberme duchado, estaba pensando en que cada persona representa un único objeto de este mundo. Cada uno tiene características que ninguno otro tiene, aunque sea muy parecido. Todos parecemos un conjunto de legos: somos todos iguales pero irremplazables. Cada uno es como todos pero diferentes. La historia de cada uno es única y nos hace construir nuestra identidad. No debería importarnos qué es lo que los otros piensan de nosotros, sino estar seguros de quienes somos, de lo importante y necesarios que somos para los otros y para este maravilloso mundo que se está devastando poco a poco. Las materias primas se están acabando, por nuestra ambición, PERO creo que lo más importante, aunque suene materialista, es que no tendremos más objetos, pues se acabará lo primordial. SI SE ACABAN LOS OBJETOS, NOSOTROS TAMBIÉN, pues nosotros vivimos en función de esas materias primordiales: comemos, bebemos, nos vestimos. TODO.

Cuesta creer que sólo somos objetos en este mundo, que pasaremos un tiempo aquí y que luego desapareceremos, y aunque seamos OBJETOS CON PENSAMIENTO, estamos condenados por nosotros mismos igual que todos los otros objetos.

A fin de cuentas, yo me identifico con un pedazo de bronce.

domingo, 31 de agosto de 2008

la historia.

Llevo 19 años, un mes y 13 días viviendo. Lo extraño es que aún no sé dónde vivo, con quiénes ni quien soy yo a veces. Cuando muevo mis piernas hacia adelante una cada vez sobre un vacío de nubes grises, siempre con la cabeza en alto, veo corazones pasando en todas direcciones, que se acercan y luego pasan, unos que se detienen ante mí, y que luego se van, todos de diferentes colores y formas (aunque suene estúpido). La verdad es que todo eso es mentira, sólo traté de irme de la típica realidad en la que vivo y en la que me siento desesperado, con miedo y de la cual no tengo escape alguno.
Aunque tal vez no lo parezca, soy idealista, pero también soy paranoico y a veces un poco egocéntrico (como muchos) y lo peor, demasiado desagradable cuando me dan ganas de serlo.
Caminando por ese vacío gris, que a veces se torna verde o café, una vez encontré uno de esos corazones que dan ganas de encerrarlos pero tenerlos libres a la vez, aquéllos que uno ama y odia. Me he encontrado ese corazón cientos de veces, unas más frecuentes que otras, pero siempre me lo había topado entre las nubes grises, verdes y café. Una de las últimas veces me siguió hasta la casa, y pensé que al fin se había librado de su maldita cuerda tendínea. La verdad es que sólo estuvo junto a mí un rato, y luego se fue corriendo. De ahí en adelante lo he estado buscando, pero solo lo he podido encontrar unas pocas veces.
Todavía recorro todos los días las nubes, sin hallar por ninguna parte al maldito y bendito corazón ese, y aunque yo sé que me recuerda y que me extraña, no quiere estar conmigo.
Me carga terminar las cosas, pero después se me olvida todo. Es lo bueno de ser una persona común y corriente.