jueves, 4 de septiembre de 2008

los objetos.



Mientras me secaba el pelo después de haberme duchado, estaba pensando en que cada persona representa un único objeto de este mundo. Cada uno tiene características que ninguno otro tiene, aunque sea muy parecido. Todos parecemos un conjunto de legos: somos todos iguales pero irremplazables. Cada uno es como todos pero diferentes. La historia de cada uno es única y nos hace construir nuestra identidad. No debería importarnos qué es lo que los otros piensan de nosotros, sino estar seguros de quienes somos, de lo importante y necesarios que somos para los otros y para este maravilloso mundo que se está devastando poco a poco. Las materias primas se están acabando, por nuestra ambición, PERO creo que lo más importante, aunque suene materialista, es que no tendremos más objetos, pues se acabará lo primordial. SI SE ACABAN LOS OBJETOS, NOSOTROS TAMBIÉN, pues nosotros vivimos en función de esas materias primordiales: comemos, bebemos, nos vestimos. TODO.

Cuesta creer que sólo somos objetos en este mundo, que pasaremos un tiempo aquí y que luego desapareceremos, y aunque seamos OBJETOS CON PENSAMIENTO, estamos condenados por nosotros mismos igual que todos los otros objetos.

A fin de cuentas, yo me identifico con un pedazo de bronce.

1 comentario:

Hans dijo...

Sabes tu reeflexión se parece a una frase que dijeron mis compañeros para su disertación: "El hombre es el único animal que cree que no es animal"

El hombre es incapaz de darse cuenta de lo que es, y concuerdo contigo, es un mero objeto condenado por sus acciones y por los otros objetos.